Pastores protestantes y sacerdotes católicos, objetivo de narcos en México
Trabajan para prevenir de la droga y para rescatar a aquellos que son víctimas de las mafias. Y por eso, los religiosos más activos son víctimas de frecuentes amenazas, extorsiones y violencia por parte de los narcotraficantes.
«Ministros mexicanos y extranjeros han sido amenazados en el norte del país por el crimen debido a que nos ven como un negocio, y porque hemos implementado campañas para rescatar a adictos y alcohólicos», comenta Arturo Farela, presidente en México de la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas.
La organización maneja varias decenas de centros de rehabilitación en México. Uno de ellos es la clínica «Templo Cristiano Fe y Vida» de Ciudad Juárez -frontera con Estados Unidos-, donde el 11 de junio un comando armado de unos 30 sicarios irrumpió y asesinó a 19 personas, dejando además a cuatro heridos.
En septiembre de 2009 un ataque similar en Ciudad Juárez, en otro centro de rehabilitación, también protestante, dejó la cifra de 18 muertos. Ante los intentos de extorsión, los pastores protestantes intentan evitar el conflicto ofreciendo las ofrendas de los fieles, tal y como explica el representante en México de los 25 millones de protestantes que hay en este país, según sus cálculos.
«Solamente en Ciudad Juárez tenemos más de 100 ministros, de un total de 800, que se han visto amenazadas por miembros del crimen organizado», sostuvo Farela.
EL NEGOCIO DE LA AMENAZA
De los 15.000 sacerdotes católicos que hay en México, «más de 1.000 han sido víctimas de amenazas de muerte o intentos de extorsión», dijo a su vez Manuel Corral, portavoz de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Corral explica que los narcotraficantes han pedido de «mil pesos (unos 700 dólares) a 100 mil pesos (7.000 dólares)» mensuales, y que algunos sacerdotes han aceptado porque hacen una interpretación equivocada de la exigencia criminal.
Los criminales «a veces se introducen diciendo: ´es para hacer una buena obra, padre colabore con tal cantidad´, y después hablando con la gente te das cuenta de que has entrado en un espiral de extorsiones», explica Corral. «Luego cuando quieres negarte vienen las amenazas. Los criminales te dicen: ´si no me das (el dinero) está de por medio tu familia, la integridad de tus feligreses, de tu edificio´», prosigue Corral.
Cuestionado por la cantidad de amenazas de muerte ejecutadas, Corral dice que no tienen ninguna registrada como tal, pero que tienen sospechas sobre los accidentes automovilísticos «raros» en los que han muerto algunos de ellos, aunque se negó a dar más detalles.
Los entrevistados coinciden en que Tamaulipas, Nuevo León y Chihuahua son los estados en los que más agresiones han recibido los religiosos. Esos estados son los principales escenarios de la guerra entre mafias de las drogas, que ha dejado un saldo de más de 28.000 asesinatos en los últimos tres años y medio, según cifras oficiales.
En ese período el arzobispo primado de México, Norberto Rivera, ha tenido que cambiar de iglesia a «unos 10 sacerdotes» ante reiteradas amenazas de muerte del crimen organizado, según Hugo Valdemar, portavoz de la Arquidiócesis de México.
Tanto protestantes como católicos han mantenido reuniones con el gobierno mexicano en las que han expuesto esas agresiones, pero a pesar de que coinciden en que han aumentado aún no quieren solicitar protección especial. «Al que quieran matar, lo van a matar igual con o sin guardaespaldas oficiales», concluye Manuel Corral.
Hasta ahora las amenazas y extorsiones por parte del crimen organizado se habían concentrado contra empresarios, a los que los capos les exigen las llamadas «cuotas de piso» para operar sus negocios, como restaurantes, discotecas, entre otros giros, según ha denunciado en diversas ocasiones ese gremio.
Fuente: Protestante Digital
«Ministros mexicanos y extranjeros han sido amenazados en el norte del país por el crimen debido a que nos ven como un negocio, y porque hemos implementado campañas para rescatar a adictos y alcohólicos», comenta Arturo Farela, presidente en México de la Confraternidad de Iglesias Cristianas Evangélicas.
La organización maneja varias decenas de centros de rehabilitación en México. Uno de ellos es la clínica «Templo Cristiano Fe y Vida» de Ciudad Juárez -frontera con Estados Unidos-, donde el 11 de junio un comando armado de unos 30 sicarios irrumpió y asesinó a 19 personas, dejando además a cuatro heridos.
En septiembre de 2009 un ataque similar en Ciudad Juárez, en otro centro de rehabilitación, también protestante, dejó la cifra de 18 muertos. Ante los intentos de extorsión, los pastores protestantes intentan evitar el conflicto ofreciendo las ofrendas de los fieles, tal y como explica el representante en México de los 25 millones de protestantes que hay en este país, según sus cálculos.
«Solamente en Ciudad Juárez tenemos más de 100 ministros, de un total de 800, que se han visto amenazadas por miembros del crimen organizado», sostuvo Farela.
EL NEGOCIO DE LA AMENAZA
De los 15.000 sacerdotes católicos que hay en México, «más de 1.000 han sido víctimas de amenazas de muerte o intentos de extorsión», dijo a su vez Manuel Corral, portavoz de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
Corral explica que los narcotraficantes han pedido de «mil pesos (unos 700 dólares) a 100 mil pesos (7.000 dólares)» mensuales, y que algunos sacerdotes han aceptado porque hacen una interpretación equivocada de la exigencia criminal.
Los criminales «a veces se introducen diciendo: ´es para hacer una buena obra, padre colabore con tal cantidad´, y después hablando con la gente te das cuenta de que has entrado en un espiral de extorsiones», explica Corral. «Luego cuando quieres negarte vienen las amenazas. Los criminales te dicen: ´si no me das (el dinero) está de por medio tu familia, la integridad de tus feligreses, de tu edificio´», prosigue Corral.
Cuestionado por la cantidad de amenazas de muerte ejecutadas, Corral dice que no tienen ninguna registrada como tal, pero que tienen sospechas sobre los accidentes automovilísticos «raros» en los que han muerto algunos de ellos, aunque se negó a dar más detalles.
Los entrevistados coinciden en que Tamaulipas, Nuevo León y Chihuahua son los estados en los que más agresiones han recibido los religiosos. Esos estados son los principales escenarios de la guerra entre mafias de las drogas, que ha dejado un saldo de más de 28.000 asesinatos en los últimos tres años y medio, según cifras oficiales.
En ese período el arzobispo primado de México, Norberto Rivera, ha tenido que cambiar de iglesia a «unos 10 sacerdotes» ante reiteradas amenazas de muerte del crimen organizado, según Hugo Valdemar, portavoz de la Arquidiócesis de México.
Tanto protestantes como católicos han mantenido reuniones con el gobierno mexicano en las que han expuesto esas agresiones, pero a pesar de que coinciden en que han aumentado aún no quieren solicitar protección especial. «Al que quieran matar, lo van a matar igual con o sin guardaespaldas oficiales», concluye Manuel Corral.
Hasta ahora las amenazas y extorsiones por parte del crimen organizado se habían concentrado contra empresarios, a los que los capos les exigen las llamadas «cuotas de piso» para operar sus negocios, como restaurantes, discotecas, entre otros giros, según ha denunciado en diversas ocasiones ese gremio.
Fuente: Protestante Digital
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