La inmensa mayoría de obispos anglicanos rechaza la propuesta del Vaticano
El impacto mundial ante la oferta del Vaticano hacia los obispos anglicanos no ha provocado demasiadas sonrisas en el seno de la comunión anglicana. Pero a pesar del revuelo formado en torno a la noticia, los obispos no parecen inclinados a adherirse a la iglesia católica. Las mayoría de las reacciones van de la indiferencia al rechazo, aunque también alguna voz más bien excepcional celebra el movimiento vaticano.
Los hechos son por todos conocidos: el Vaticano propone que los «anglicanos conservadores» que lo deseen puedan estar bajo la jurisdicción del Papa «sin perder su liturgia o sus tradiciones» (aunque sí negando aspectos básicos de su fe, como la autoridad papal o la intercesión de los santos y el mérito de las obras para la salvación). Algo posible gracias a la creación de «prelaturas personales», similar a las que funcionan en el seno del Opus Dei. Pero esto no es todo: aunque el Vaticano aprobará dispensas especiales para que se puedan ordenar a sacerdotes anglicanos como romanos, sólo los célibes podrán ser obispos. El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, dijo que esta decisión «no es un acto de agresión» y que el diálogo entre las dos iglesias continuará...
Pero fuera de estas declaraciones que podrían tener un tono conciliador más bien desde una política de relaciones corteses, en otras partes de la Comunión Anglicana la reacción ha sido diferente. En Madrid el obispo Carlos López Lozano, de la Iglesia Española Reformada Episcopal, parte de la Comunión Anglicana, dijo que con la acción del Vaticano «da la impresión de que la Iglesia de Roma intenta aprovechar la situación de debate interno existente en la actualidad en el seno de la Comunión Anglicana en su propio beneficio».
Una opinión que también sostienen los obispos de África, que ya han rechazado la oferta vaticana. El arzobispo Wabukala, cabeza de la iglesia anglicana en Kenia, indicó que no existe «ninguna posibilidad» de que él o sus fieles se conviertan al catolicismo. «La familia protestante entiende la fe de manera distinta, por ejemplo, la idea de la Eucaristía o la interpretación del ministerio», añadió. Por otro lado, el clérigo keniata aseguró que el resto de obispos anglicanos en África también son «profundamente evangélicos».
En la misma línea, el arzobispo ugandés Henry Luke Orombi dijo que la medida del Papa Benedicto XVI no respondía a los intereses de la Iglesia Anglicana de África que «había resistido con éxito» al liberalismo de los países occidentales, en referencia al arduo debate aún presente en la Comunión Anglicana.
La iglesia episcopal de Norteamérica, sin embargo, tampoco ha mostrado simpatías hacia la oferta papal a pesar de pertenecer mayoritariamente al sector teológico y ético liberal. En Miami, el obispo Leo Frade dijo que la decisión «no es algo que me quita el sueño, los miembros que se han querido ir, ya se fueron». Frade agregó que «en nueve años como obispo en Florida ni un solo sacerdote episcopal se ha ido a la Iglesia de Roma». Sin embargo, en el mismo tiempo «siete sacerdotes católicos romanos han venido a la Iglesia Episcopal», entre ellos el famoso padre Alberto Cutié.
Cutié por su parte, dijo que cuando fue recibido en la Iglesia Episcopal algunos medios dijeron que había cambiado de religión, que la doctrina y teología anglicanas estaban muy lejos de la romana y ahora se dice oficialmente que los anglicanos «mantienen una gran herencia espiritual y litúrgica» y que son bienvenidos. Cutié añade con ironía: «o somos herejes y cismáticos o somos buena gente. ¡Que se pongan de acuerdo!».
Rafael García, rector de la Iglesia Episcopal del Espíritu Santo en Miami, explicó que «los que han diseñado este proceso no conocen todas sus implicaciones». Los sacerdotes episcopales están acostumbrados a un sueldo decente, seguros médicos, retiros y otros beneficios que no existen en la iglesia romana. Además, «no sé cómo van a aceptar ciertos dogmas como la infalibilidad papal, el celibato obligatorio, la asunción de la Virgen y otras normas relativas a la sexualidad y la vida humana», dijo García. Añadió que los sacerdotes episcopales que hagan la transición van a hacer la iglesia de Roma «aún más conservadora».
Quizá la excepción que confirma la regla la ha puesto un obispo anglicano disidente de Australia, John Hepworth, que dijo que la acción del Vaticano «es un acto de gran bondad por parte del Santo Padre. Él ha dedicado su pontificado a la causa de la unidad».
Fuente: Protestante
Los hechos son por todos conocidos: el Vaticano propone que los «anglicanos conservadores» que lo deseen puedan estar bajo la jurisdicción del Papa «sin perder su liturgia o sus tradiciones» (aunque sí negando aspectos básicos de su fe, como la autoridad papal o la intercesión de los santos y el mérito de las obras para la salvación). Algo posible gracias a la creación de «prelaturas personales», similar a las que funcionan en el seno del Opus Dei. Pero esto no es todo: aunque el Vaticano aprobará dispensas especiales para que se puedan ordenar a sacerdotes anglicanos como romanos, sólo los célibes podrán ser obispos. El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, dijo que esta decisión «no es un acto de agresión» y que el diálogo entre las dos iglesias continuará...
Pero fuera de estas declaraciones que podrían tener un tono conciliador más bien desde una política de relaciones corteses, en otras partes de la Comunión Anglicana la reacción ha sido diferente. En Madrid el obispo Carlos López Lozano, de la Iglesia Española Reformada Episcopal, parte de la Comunión Anglicana, dijo que con la acción del Vaticano «da la impresión de que la Iglesia de Roma intenta aprovechar la situación de debate interno existente en la actualidad en el seno de la Comunión Anglicana en su propio beneficio».
Una opinión que también sostienen los obispos de África, que ya han rechazado la oferta vaticana. El arzobispo Wabukala, cabeza de la iglesia anglicana en Kenia, indicó que no existe «ninguna posibilidad» de que él o sus fieles se conviertan al catolicismo. «La familia protestante entiende la fe de manera distinta, por ejemplo, la idea de la Eucaristía o la interpretación del ministerio», añadió. Por otro lado, el clérigo keniata aseguró que el resto de obispos anglicanos en África también son «profundamente evangélicos».
En la misma línea, el arzobispo ugandés Henry Luke Orombi dijo que la medida del Papa Benedicto XVI no respondía a los intereses de la Iglesia Anglicana de África que «había resistido con éxito» al liberalismo de los países occidentales, en referencia al arduo debate aún presente en la Comunión Anglicana.
La iglesia episcopal de Norteamérica, sin embargo, tampoco ha mostrado simpatías hacia la oferta papal a pesar de pertenecer mayoritariamente al sector teológico y ético liberal. En Miami, el obispo Leo Frade dijo que la decisión «no es algo que me quita el sueño, los miembros que se han querido ir, ya se fueron». Frade agregó que «en nueve años como obispo en Florida ni un solo sacerdote episcopal se ha ido a la Iglesia de Roma». Sin embargo, en el mismo tiempo «siete sacerdotes católicos romanos han venido a la Iglesia Episcopal», entre ellos el famoso padre Alberto Cutié.
Cutié por su parte, dijo que cuando fue recibido en la Iglesia Episcopal algunos medios dijeron que había cambiado de religión, que la doctrina y teología anglicanas estaban muy lejos de la romana y ahora se dice oficialmente que los anglicanos «mantienen una gran herencia espiritual y litúrgica» y que son bienvenidos. Cutié añade con ironía: «o somos herejes y cismáticos o somos buena gente. ¡Que se pongan de acuerdo!».
Rafael García, rector de la Iglesia Episcopal del Espíritu Santo en Miami, explicó que «los que han diseñado este proceso no conocen todas sus implicaciones». Los sacerdotes episcopales están acostumbrados a un sueldo decente, seguros médicos, retiros y otros beneficios que no existen en la iglesia romana. Además, «no sé cómo van a aceptar ciertos dogmas como la infalibilidad papal, el celibato obligatorio, la asunción de la Virgen y otras normas relativas a la sexualidad y la vida humana», dijo García. Añadió que los sacerdotes episcopales que hagan la transición van a hacer la iglesia de Roma «aún más conservadora».
Quizá la excepción que confirma la regla la ha puesto un obispo anglicano disidente de Australia, John Hepworth, que dijo que la acción del Vaticano «es un acto de gran bondad por parte del Santo Padre. Él ha dedicado su pontificado a la causa de la unidad».
Fuente: Protestante
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